Como ya debes saber los préstamos rápidos cuentan con múltiples
ventajas. Entre ellas, son accesibles, ya que no hace falta dar demasiadas
explicaciones a la hora de solicitar uno ni presentar un aval, ni realizar un
depósito. Son rápidos, porque en menos de 24 horas puedes tener el monto
solicitado en tu cuenta bancaria. Son flexibles, porque a la hora de devolver
el monto puedes hacerlo por adelantado sin ningún tipo de penalización. Son
prácticos, porque lo solicitas desde la comodidad de tu hogar desde cualquier
dispositivo, sin necesidad de hacer filas ni presentar innumerables documentos.
Sin embargo, no siempre es conveniente solicitar uno. Esto
dependerá de la situación en la que te encuentres. A veces, será mejor para ti
solicitar un préstamo de un monto y un plazo más elevados. En este artículo,
nos gustaría profundizar un poco más en el momento en que es conveniente
solicitar un préstamo de esta índole.
¿Cuándo vale la pena pedir un préstamo
rápido?
Es recomendable solicitar un préstamo
rápido en Creditea si tienes una emergencia, un imprevisto o
simplemente porque necesitas ayuda en el corto plazo.
Es importante prestar atención a estas dos palabras: corto plazo.
Si necesitas un crédito porque estás comprando una casa, te va a convenir
solicitar un crédito hipotecario que te otorga un monto elevado y un periodo de
devolución mucho mayor que el préstamo rápido. En cambio, si necesitas dinero
porque se averió una tubería y necesitas repararla con urgencia, el préstamo
rápido puede ser una solución a esa problemática.
Situaciones en las que podrías pedir un
préstamo rápido
Estos son algunos ejemplos en los que podrías solicitar un
préstamo rápido a entidades financieras como Creditea.
- Has
tenido un accidente vehicular y debes reparar tu carro con urgencia.
- Se
ha roto tu computadora y la necesitas para trabajar.
- Has
visto ese sofá al que ya le habías puesto el ojo en promoción y no puedes
desaprovechar la oportunidad.
- Necesitas
pagar la matrícula de la universidad de tu hija.
- La
vuelta a la escuela te exige comprar material de estudio y estás a fin de
mes.
- Tienes
que comprarle a tu madre sus medicamentos y estás un poco corto de dinero.
- Necesitas
arreglar un agujero que tienes hace tiempo en la pared de tu cocina y ya
no puedes esperar más.
- Quieres
remodelar un cuarto de tu hogar.