Cerca de dos meses es el tiempo que llevan vecinos de las calles Abraham González y Rafael Garay en la Colonia Francisco I. Madero conviviendo con fétidos olores que provienen de una piscina de aguas negras.
Aseguran que se trata de una obra inconclusa de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán, dependencia a la que señalan han llamado en repetidas ocasiones sin lograr que se les atienda.
En el sitio, aún permanecen unos pedazos de cintas amarillas con la leyenda de precaución.
Quienes allí habitan temen que en cualquier momento ocurra una tragedia, pues recientemente una pequeña de dos años estuvo a punto de caer en el pozo que tiene varios metros de profundidad, por lo que urgen a la JUMAPAM atender situación de inmediato.
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