Apenas inician a cambiar las temperaturas y sobre los camellones de Culiacán llega el rico aroma a gorditas fritas y la tradicional bebida sinaloense atole de pinole, además el chocolate caliente y la rica avena.
Desde el pasado Lunes Cristhian se instalo en el punto que se ubica sobre ciudades hermanas a una cuadra antes de llegar a la Obregón y señala que el cambio de horario es la oportunidad perfecta para la venta de los antojitos invernales.
Las ventas poco a poco se reflejan, sin embargo señala Cristhian que durante este miércoles la demanda fue mayor por el agradable clima en la ciudad de 20°C.
La rutina inicia a las seis de la mañana para empezar con la preparación de los alimentos en donde el ingrediente principal es el amor con el que cocina y la receta familiar de las bebidas calientes distintivas del invierno.