Una
de las tradiciones que más representa a México al rededor del
mundo, es el “Día de Muertos”; una celebración en la que todos
los mexicanos honoramos a nuestro fieles difuntos con altares llenos
de música, alegres colores y deliciosa comida.
Entre
las ofrendas más características de
esta magna celebración, destaca un alimento hecho de manera
artesanal, que no puede faltar en los altares de México,
y que por décadas ha
unido a las familias: un delicioso pan de muerto.
Varios
días antes de la celebración del 02 de noviembre, los panaderos
comienzan a preparar este pan con esfuerzo, amor y orgullo, pues es
un elemento representativo, y que es esperado por aquellos que
celebran esta tradición.
Armando
Quiñonez y David Lizárraga, son panaderos mazatlecos, que por años
han deleitado con la preparación del pan de manera artesanal.
El
Pan de Muerto, es elaborado con los ingredientes más básicos, pero
con los sentimientos mas puros y sinceros de amor y orgullo.
Cada panadería tiene
su toque distintivo, pues son elaborados con sabor a naranja,
mantequilla y canela.
Este
tradicional pan es distinguido por
su peculiar forma, pues en una pieza se busca representar el cuerpo,
huesos y cabeza de un difunto.
Cada
forma tiene su significado y su colocación especial en el este
delicioso pan.
En
un día de baja producción pero
cercano a la celebración de Día de
Muertos, se producen hasta 20 charolas de pan en un día.
De
dos a tres días antes,
la demanda incrementa a más de 60 charolas, cantidad que da un
aproximado de 800 a mil panes en un día.
Al
paso de los años, la innovación y los cambios se van haciendo
presentes, y el pan de muerto no es la excepción.
El
amor y orgullo que representa para los panaderos el formar parte de
esta memorable tradición, aseguran es indescriptible, pues con sus
manos trabajadoras, su experiencia y toque ayudan a mantenerla viva.
Es así, como simples ingredientes se convierten en un toque característico de los mexicanos a nivel mundial, un alimento que mantiene viva esta tradición y que es esperado por vivos y muertos en los altares.
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