Encadenada a una pared y recostada en
un sucio colchón cubierta de maquillaje vestida con ropa de mujer junto con su
cuello y orejas adornado con joyas, la
orangután Pony esperaba por su siguiente cliente.
Hombres que trabajaban cerca de una fábrica de petróleo en Borneo, Indonesia llegaban al burdel y pagaban por un par de horas de sexo con Pony, quien diariamente era sometida a estrictos tratamientos de belleza para estar presentable ante los clientes del burdel que la buscaban, los cuales en su mayoría eran trabajadores agrícolas.
La orangután Pony fue separada de su madre cuando era bebé y desde entonces los dueños del burdel la han rasurado y rociado perfume para complacer a los hombres que pagan por ser sometida a una vida de horror y esclavitud sexual.
Debido que era fuente de dinero
fácil, los propietarios amenazaban a los rescatadores con armas y cuchillos
ya que se negaban a entregarla, por lo que se necesitaron 35 policías armados para liberar al animal.
A causa de los daños psicológicos por los que sufrió por los abusos, Pony tardó diez años en recuperarse y para su tratamiento tuvo que ser atendida por mujeres, puesto que sentía miedo hacia los hombres.
Después de 15 años, Pony se encuentra
en cautiverio en el Centro de Rehabilitación Nyaru Menteng, que, aunque
expertos comentan que nunca podrá ser liberada debido a la temprana edad en la
que fue separada de su madre, el orangután Pony se encuentra plenamente sana.
Fuente: Twitter Tendencias
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