En un pequeño pueblo de Yucatán llamado Celestún se encuentra este lago rosa, que debe su color a una halobacteria cuyas membranas púrpuras le dan ese efecto al agua. Este fenómeno ocurre sólo en este lugar, pues la elevada salinidad del agua propicia las condiciones para el desarrollo de estas bacterias, que generan el magnífico efecto visual.
Tanto el agua como la arena son casi vírgenes, es un área protegida porque tres de las siete especies de tortugas marinas que existen llegan a sus playas. Al ser un pueblo y una zona no tan turísticos, no hay muchos lugares para comer; puedes encontrar hospedaje cerca del Río Lagartos.
Si vas a dar una vuelta por el Río Lagartos, observa sus aves, y los flamencos rosados que también pintan el lago de rosa.