Al agotarse el plazo de tres meses que los mandos militares se fijaron para dar resultados positivos en materia de seguridad, al parecer el periodo alcanzó únicamente para realizar un diagnóstico, en el que terminaron por darse cuenta de que la situación es crítica.
El informe se centra en dos grandes problemas, la corrupción al interior de las corporaciones policíacas y la guerra interna que mantiene el cartel de Sinaloa, particularmente en el centro del estado, que no ha dado tregua y mantiene los índices de homicidios en constante ascenso, aún con la disuasiva presencia de mas de 2 mil elementos militares en las calles.
El secretario de seguridad Pública Genaro Robles Casillas, mencionó que en gran medida, la carencia en equipo táctico, el mal estado de las patrullas y el deteriorado sistema de videovigilancia, no han permitido avanzar como quisieran en la prevención de los delitos, dijo que de 236 cámaras que hay en Culiacán, solo 14 servían, con el apoyo del personal especializado de la SEDENA ya cuentan con 60 más, sin embargo señaló aún son insuficientes.
Hasta el momento el proceso de depuración de los cuerpos policíacos, ha arrojado el despido de casi 60 elementos que presuntamente incurrieron en actos de corrupción o situaciones que pudieran considerarse como irregulares en su desempeño.
De manera paralela existe una investigación en curso, de otro número de elementos, mandos policíacos y funcionarios sin especificar, que pudiera derivar en sanciones penales de comprobarse su participación en actos de corrupción u omisiones como servidores públicos.
La presión es notoria en los mandos militares, ya que ante los cuestionamientos de que aun con la fuerte presencia del ejército en las calles, el crimen organizado sigue operando con total impunidad, por momentos hasta pierden la compostura.